La vaguedad constituye un reto a la teoría del lenguaje ya que, apenas hay acuerdo alguno sobre cuestiones tan elementales de la vaguedad y sus contrapuestos. La vaguedad es una característica universal de los términos descriptivos, que está en conflicto fundamental con la lógica standardniana, que refleja laguna limitación de la mente humana. Vaguedad se ha asociado además, con formas diversas de interminabilidad y con frecuencia con interpretaciones parecidas que han dado lugar a dificultades aparentes como confusiones filosóficas profundas.
Considerando la distinción vista de ambigüedad elemental diremos que la vaguedad es la ambivalencia a la hora de decir la aplicabilidad de un término a un objeto. Viéndolo desde un punto de vista lógico-matemático diremos que la vaguedad de un giro no presupone que difiera en extensión respecto de una réplica del mismo.
Por lo tanto diremos que la ambigüedad-I parece así interpretable como un caso especial de vaguedad; es decir, como la indecisión respecto a la aplicación de un término a los objetos. Pero diremos por lo visto en la lectura que la vaguedad es más bien una especie de ambigüedad.
Para concluir este punto bastante complejo visto en esquemas lógico-matemáticos diremos que la ambigüedad-I se plantea así como una especie de vaguedad, cuya resolución obedece a restricciones especiales, canalizándose su indecisión desde fuera hacia ciertos senderos.
Hasta ahora se ha tratado a vaguedad como independiente de generalidad. En el sentido que un término general puede ser claramente decidible en sus aplicaciones a cualquier objeto dentro del tema que estamos abordando. Veamos un caso para aclarar el tema, por ejemplo que el término “animal” sea más general que “canguro” no prueba que sea más vago; ambos términos, dentro del ámbito en cuestión, pueden ser claramente decidibles. Para cerrar este punto en relación con más ejemplos diremos que puede suceder, que el menos general de un par de términos sea vago donde el más general no lo es.
La independencia de vaguedad respecto de generalidad implica que, de hecho, no puede mantenerse el amplio contraste entre vaguedad y especificidad o precisión. Veamos un ejemplo para ello, “cosa viviente” es más general que “árbol”; decir que algo es una “cosa viviente” es aportar una descripción de la misma menos específica o preciso que decir que es un “árbol”. Con todo, el término más preciso puede ser también el más vago. Otro aspecto importante es también que, si vaguedad y generalidad no varían directamente, tampoco varían inversamente.
Podemos concluir, así, que vaguedad es independiente de generalidad, no presentando ni variación regular conjunta, ni directa, ni inversa. Lo opuesto a vaguedad no es, en ningún caso, especificidad o precisión; eliminar imprecisión puede ser también incrementar vaguedad.
Vamos a considerar ahora la relación de la vaguedad con la composición de términos. ¿Cuál es la conexión, si es que la hay, entre un término y sus compuestos en relación a la vaguedad? Ante todo, está claro que la vaguedad no se transmite en todos los casos de la palabra constituyente a la frase continente. Ahora centrándonos en los compuestos no- frasales de términos, considerando en primer lugar a los compuestos moleculares que son: compuestos interpretables como resultado de la aplicación de operaciones lógicas (funciones de verdad o cuantificacionales) a sus componentes. Viendo esta definición ¿Se traspasa la vaguedad de un tal componente a todo compuesto molecular en que está inserta? Claramente no. Ya que, incluso si todo término componente de un compuesto molecular vago, el compuesto puede no serlo, puesto que las respectivas regiones indecibles de los componentes pueden diferir, al caer cada una claramente del lado del complemento del otro término.
Consideremos ahora lo inverso: ¿Se traspasa la vaguedad de un compuesto molecular a cada uno de sus términos componentes? Diremos que la vaguedad de un compuesto molecular no es así siempre paralela a la vaguedad de cada uno0m de sus términos componentes.
Así la vaguedad del compuesto no requiere, en general, que al menos uno de sus componentes se vago.
Consideremos ahora los compuestos no-frasales que más que moleculares son atómicos, es decir, interpretables más bien como unidades singulares que como funciones lógicas de sus componentes. Así “elefante pequeño” es atómico, puesto que (al menos algunos) elefantes pequeños no pequeños.¿Se traspasa, ahora, la vaguedad de un compuesto atómico a sus componentes? Claramente no, veámoslo con ejemplo “elefante pequeño” puede ser vago en relación a un ámbito para el que ni “pequeño” ni “elefante” son vagos.
Para completar mejor las ideas y los ejemplos puestos diremos que, para un término cualquiera, se piensa normalmente que el dominio del mismo abarca no sólo capacidades denotativas, sino también selectivas- de la mención. Ahora bien, hemos visto antes que la vaguedad de un compuesto atómico y la vaguedad de sus componentes no están regularmente relacionados. Sin embargo, cuando el compuesto denota menciones de ciertos tipos, podemos emplearlo para ayudar a reducir la vaguedad relativa d un componente o viceversa. En todos estos casos, confiamos en que la no-vaguedad de los compuestos atómicos pueda contribuir a disminuir la vaguedad de los componentes.
A veces se tiene la impresión de que la vaguedad es una propiedad del término mismo; pero esto es ciertamente un exceso de simplificación.
Ahora es importante recalcar que la vaguedad varía con la persona y el tiempo, así plasmada varia también con el ámbito supuesto de elementos, así como con diversas circunstancias de la tarea de decir. Hablando en general, la vaguedad es relativa al término, al ámbito, a la tarea de decir, a la persona y al tiempo.
Se ha dicho con frecuencia que la vaguedad es una propiedad universal de los términos descriptivos o empíricos. Esta afirmación en términos de M.Black, no es tan simple ya que, él dice: “se afirma que todos los símbolos cuya aplicación implica reconocimiento de las cualidades sensibles son vagos”. En términos de Black diremos que un término cuya aplicación, uniformemente,”implícale uso de los sentidos” será, con todo, ambivalente de forma variable, dependiendo, en parte, del ámbito en cuestión.
En conclusión diremos pues que el ámbito marca la diferencia; no puede mantenerse que todo término descriptivo sea algo vago en relación a todo ámbito. En esta parte hablaremos de la posibilidad de la vaguedad, para ello veremos la noción que maneja Waismann que cataloga a este término como “textura abierta”. Dice: un término descriptivo, aun no siendo vago en relación a un ámbito dado, tiene una textura abierta en el sentido de que puede considerarse un ámbito ampliado en el que el término en cuestión sea, en efecto, vago.
El núcleo de la tesis de la universalidad, tal como se entiende actualmente, no es que la vaguedad no sea nunca eliminable, sino más bien que es siempre producible. Es la textura abierta lo que nunca es eliminable.
La actual tesis de la universalidad exige así no que todo término descriptivo sea vago en relación a todo ámbito, sino más bien que todo término descriptivo sea vago en relación a algún ámbito.
Para abordar la textura abierta veremos un ejemplo para entenderlo mejor:
“gato” es de textura abierta al ser vago en relación a un ámbito que contiene un gato posible de tamaño gigante. Los objetos fronterizos posibles, introducidos para mostrar la textura abierta universal más bien que, como antes, la vaguedad universal, abocan, de alguna manera, a las mismas notorias obscuridades.
La tesis de la textura abierta universal bajo la interpretación del ejemplo, pude replantearse así, sin referencia expresa a objetos posibles y sin recurso subjuntivo a su hipotética realización, tal como sigue: Todo término descriptivo tiene algún compuesto con “imagen-de”, o “representación-de”, que es vago en relación a algún ámbito. A título de ilustración, “gato” es de textura abierta dado que la frase compuesta “descripción de un gato” es vaga en relación a cualquier ámbito que contiene la caracterización “animal anatómicamente como gato pero capaz de ser reavivado después de muerto”. La textura abierta gira abierta así no entorno a la expansión hipotética del ámbito dado de un término, o de su referencia putativa a posibles, sino más bien en torno a la incertidumbre con la que sus compuestos denotadotes-de-menciones se aplican a cosas actuales.
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